Intervención en fachada
La fachada del edificio ocupado por Ciisa era, en líneas generales, correcto. Sin embargo, existían ciertos detalles puntuales por mejorar: las ventanas funcionaban de manera excelente desde la lógica de los espacios interiores, sin embargo desde la fachada las líneas de altura de las ventanas en el volúmen izquiero y derecho no coincidían entre sí. Aunado a esto, la orientación oriente y sur de las ventanas en fachada obligaban a utilizar las oficinas y salas de juntas con persianas de manera casi permanente. Debido a la incidencia solar, no podían disfrutar la vista privilegiada del camellón central de Calzada San Pedro y el arbolado de Fuentes del Valle.
La solución propuesta, lejos de involucrar cambios constructivos drásticos que podrían irrumpir la actividad laboral de la compañía, consistió en la aplicación de una nueva piel al edificio, en forma de una fachada metálica perforada. Los motivos del diseño de las perforaciones hacen referencia a las carcasas de las torres o CPU de servidores, en clara alusión al área de especialidad de Ciisa.
Esta doble fachada otorgaría un nuevo equilibrio volumétrico entre los dos bloques principales del edificio, protegería del impacto solar y térmico a las ventanas principales, permitiendo el aprovechamiento de las vistas al exterior.