Un pabellón de color rojo intenso: una cubierta flotante sobre pavimento marcado del mismo color. Entre ellos, una serie de tubos colgantes, de distintas longitudes, que definen espacios en el pabellón y enmarcan montañas e hitos del entorno inmediato. Estos tubos tienen en su interior cuentas colgantes, de manera que emiten sonido al movimiento, generando una experiencia sonora relajante al moverse con el viento.

La Secretaría de Cultura de San Pedro Garza García, Nuevo León, lanzó una convocatoria de arte urbano, TimeLapse, buscando obras protagónicas para tres espacios a lo largo de la calle Río Orinoco, una de las calles más activas del Centrito Valle. Esta zona ha sido renovada por el Instituto Municipal de Planeación Urbana (IMPLANG) y la Secretaría de Obras Públicas, hacia un modelo de desarrollo urbano de calles completas, buscando la optimización del espacio, reducción de carriles de circulación de automóviles y dando más espacio a ciclistas, banquetas y arbolado urbano. Las obras seleccionadas a través de esta convocatoria abierta sería la culminación de esta ambiciosa transformación del espacio público.

De la colaboración de un equipo interdisciplinario de arquitectos, ingenieros y un artista visual y sonoro, nace la propuesta de este pabellón de color rojo intenso: una cubierta ligera flotando sobre una mancha de color igualmente roja en el pavimento. A manera de estalactitas, una serie de tubos de PVC cuelgan de la cubierta a distintas alturas, generando distintos rangos de proximidad e interacción con el usuario. Algunos de estos elementos bajan hasta el piso, convirtiéndose en columnas que soportan la carga gravitacional de la cubierta.

El Pabellón Instantes Prolongados sale de la noción de una escultura tradicional y busca no solamente tener un impacto estético o formal en su entorno: aspira a ser un refugio, una sombra en el día para el peatón; una referencia y un sitio de encuentro en una zona marcada por alta actividad comercial y de esparcimiento; un espacio cultural donde pueden ocurrir clases y experiencias artísticas; un instrumento sonoro que ha sido utilizado para performances. Es, en suma, una obra de arte urbano que alberga otras obras y experiencias artísticas.

Esta construcción está vinculada de manera integral con las previsiones de sostenibilidad que el municipio de San Pedro Garza García, a través de sus secretarías de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y el IMPLANG han desarrollado para la renovación de la zona del Centrito Valle. La cuchilla de Río Orinoco y Río Colorado alberga, bajo el Pabellón, una cisterna para recuperación de agua pluvial con capacidad de 100mil litros. Esta agua sirve para riego del arbolado urbano y parques de bolsillo que se encuentran en esta zona. El Pabellón Instantes Prolongados oculta entre sus tubos unos drenes que conectan verticalmente el canalón de desagüe pluvial con la cisterna subterránea.

La iluminación del Pabellón está ligada a la red de alumbrado urbano, que recarga batería durante el día mediante celdas solares y se activa de manera automática durante la noche.

Además, la utilización del pabellón está orientada a potenciar el uso peatonal de la zona del Centrito Valle, alineada con la razón principal de la transformación urbana de la zona, dar más seguridad, más espacio y más visibilidad al transeúnte y al ciclista en lugar del automovilista. En un municipio de gran riqueza económica, pero con problemas serios de tráfico y contaminación, con una proporción mayor de automóviles que habitantes, resulta una aportación de gran relevancia hacia el enfoque a calles completas y alternativas de movilidad no motorizada.

La intención primordial detrás de esta instalación es aspirar a la permanencia del transeúnte. El espacio público, asentado como un sitio de tranquilidad, más que un lugar de paso, un no-lugar. Un descanso a la sombra de una cubierta y de los árboles, rodeado de vegetación aromática: romero, jazmín, menta. Un oasis para los sentidos: tubos colgantes de PVC que niegan su origen industrial que, al mecerse con el viento y chocar entre sí, evocan el sonido del bambú en ambientes riparios. En una gran coincidencia, las calles del Centrito Valle hacen referencia en su nomenclatura a los ríos a los que remite esta propuesta.

Mobiliario urbano de concreto con apariencia de piedra; una cubierta ligera, flotada y pintada de color rojo suspendida sobre el pavimento marcado con el mismo color. Esta estructura enmarca los recorridos peatonales de las renovadas banquetas del Centrito Valle, a la manera de los Torii, tradicionales portales japoneses rojos que marcan una transición en el camino del andante. Finalmente, una serie de tubos plásticos colgantes, de distintas longitudes, afinadas a distintas frecuencias de sonido para una experiencia envolvente y relajante. La cubierta ofrece un remanso de sombra durante el día, y ofrece iluminación y referencia durante las noches.

La posición del arbolado urbano, de la cisterna y su cárcamo de bombeo, los recorridos de cableado e instalaciones subterráneas era cambiante a lo largo de la obra de remodelación del Centrito Valle y esa condición complicaba el desplante de la estructura en la cuchilla. Precisamente por esta razón se propuso una estructura de gran ligereza y con una huella flexible que pudiera responder a cambios en la posición de las columnas sin comprometer la imagen propuesta. Se utilizaron nueve columnas muy esbeltas, para distribuir la carga de la cubierta entre todas ellas. Ocho de estas columnas están fundamentadas en dados de cimentación de concreto armado Cemex y una sola de estas columnas, que no pudo desplantarse fuera de la losa que cubre la cisterna, se resolvió con un sistema de anclaje metálico con doble placa de acero bajo y sobre el espesor de la losa de concreto. Igualmente importante fue el diseño de la estructura para soportar no solamente cargas gravitacionales, sino también cargas de viento, que precisamente en este tiempo de uso, han sido notables en la ciudad.

Uno de los aspectos fundamentales de la obra era el tiempo de construcción. La Secretaría de Obras Públicas tenía encima las fechas de entrega de obras de remodelación de las calles, banquetas, camellones e instalaciones subterráneas para el Centrito Valle. Mientras que las otras dos obras escultóricas ganadoras en la convocatoria TimeLapse de Arte Urbano lanzada por la Secretaría de Cultura serían trabajadas en talleres de artistas foráneos y posteriormente instaladas en el sitio, el Pabellón Instantes Prolongados, por sus dimensiones y configuración tendría que ser construido en sitio. Lo primero fue el vaciado de la cimentación de concreto reforzado.

Para ahorro de tiempos de ejecución, se comenzó a trabajar la construcción de la estructura metálica de la cubierta del pabellón a una altura provisional de 60 cms para poder trabajar simultáneamente en la colocación del adoquín de concreto en la zona de la cuchilla.

De esta manera ambos trabajos se pudieron traslapar sin estorbarse mutuamente y sin poner en riesgo la integridad de albañiles y herreros.

Una vez terminada la estructura, se levantó por medio de grúas a la altura final, se colocaron las columnas con su longitud definitiva, para proceder con la instalación de lámina galvanizada superior, canalón de desagüe pluvial, instalación de luminarias, colgado de tubos de PVC, mientras que a nivel de suelo se aplicaba acabado epóxico en los adoquines de concreto en la huella bajo la cubierta, se realizó instalación de jardines y mobiliario urbano de concreto.

Como elemento que corona la intervención urbana del Centrito Valle, este pabellón reclama un espacio para ofrecerlo al peatón, un espacio para estar, dentro de una zona que puede estar marcada por la prevalencia de los flujos y el movimiento. Este espacio visibiliza la presencia del peatón, del ciclista, en una ciudad abrumada por el exceso de automovilistas.

Como parte del proyecto de calle completa e inclusiva, esta zona cuenta con guías táctiles para personas con debilidad visual. Estos elementos de concreto no han sido intervenidos en color rojo como el resto del adoquín, que se ha cubierto con un acabado epóxico adicionado con arena para dotarlo de rugosidad para evitar una superficie resbaladiza en días lluviosos.

Gracias al programa de activación de la Secretaría de Cultura municipal, este espacio se ha convertido en sede de conciertos de música, clases de manualidades, sesiones de meditación y yoga, sitio de encuentro para recorridos peatonales de la zona, sesiones de micrófono abierto, espacio para performances artísticos. Este espacio se ha vuelto activo, pero también democrático, donde muchos ciudadanos pueden dar a conocer sus proyectos culturales y artísticos.

La convocatoria abierta de Arte Urbano por parte de la Secretaría de Obras Públicas atrajo la atención de una gran cantidad de escultores, sin embargo, nuestra aproximación multidisciplinaria terminó por convencer al jurado de seleccionar nuestra propuesta. Obtuvieron un elemento escultórico, un hito urbano, pero además también un lugar que usan niños y jóvenes para tomar selfies y videos para redes sociales, que aprovechan peatones de todas las edades para un descanso en el trayecto, sirve como sede de diversas expresiones culturales, y los tubos colgantes con sus aplicaciones interiores generan sonido que no solo producen un remanso de paz al mecerse al viento sino que, también, están disponibles para los curiosos que los mueven manualmente, así como para performances sonoros que se han desarrollado dentro del pabellón que funge como espacio, como refugio y como instrumento de composición sonora.

El Pabellón Instantes Prolongados ha sido reconocido con Mención Honorífica en la Categoría de Arquitectura Efímera en la XVIII Bienal Nacional de Arquitectura.