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En la construcción del cobertizo para botes en Aure, TYIN Tegnestue pone de manifiesto el oficio, rigor y calidad de su hacer arquitectónico, incluso cuando se despoja de la gran responsabilidad social que ha caracterizado algunos de sus obras más emblemáticas: las casas Soe Ker Tie, los baños Safe Haven, el Centro de Entrenamiento Cassia Coop, entre otros.

Este cobertizo remplaza uno existente, muy antiguo y muy deteriorado.

El proyecto destaca por el respeto a la tradición, por lo que representan cultural e históricamente los embarcaderos en las zonas costeras en Noruega, que viven de la pesca.

Así, los materiales hacen clara referencia a las costumbres constructivas de la región. Aún cuando el proyecto es un encargo particular, se realizó un notable esfuerzo por utilizar materiales locales y elementos constructivos de reuso. La madera de la vieja edificación es reutilizada como recubrimiento interior de los muros. Los marcos de las ventanas se obtuvieron de una granja en las cercanías. El rescate de materiales es una decisión que resulta sencilla y lógica, debido a la locación distante y solitaria del embarcadero, pero también representa de una forma elocuente el eficiente manejo de recursos de TYIN.

El manejo formal del nuevo cobertizo también hereda aspectos relevantes del antiguo: la sencillez de sus líneas, su buen emplazamiento y la honestidad en el uso de materiales.

El uso de madera de pino local (tratado contra intemperismo con una sustancia ambientalmente amigable, derivada del proceso de la producción de azúcar) como material de recubrimiento exterior consigue prolongar la vida del edificio sin mantenimiento alguno. El edificio está previsto para envejecer con elegancia. Los arquitectos preven que la madera exterior adquiera en el futuro un color grisáceo platinado.

La iluminación es filtrada a través de los bastidores de tela y confieren al edificio un aura tenue y apacible.

La renovación lleva consigo una nueva condición: una mayor flexibilidad funcional. Las puertas de la fachada sur giran en torno a un pivote que convierten temporalmente los muros en una cubierta para el área al sur del muelle y conectando en pleno el exterior al interior.

No se puede entender la arquitectura de TYIN Tegnestue sin reparar en el uso que hacen de los materiales. Utilizando los mismos medios que los constructores de un siglo atrás, y poco más, consiguen dotar al proyecto de contemporaneidad y una identidad particular. De esta manera lo insertan a la vez como un objeto arquitectónico específico de su sitio y de su tiempo.